El duelo por la mascota: “Adiós, Turía”
Todos, hemos atravesado un proceso de duelo o hemos tenido que acompañar a alguien que se ha encontrado en dicho estado o tendremos que hacerlo en un futuro. Ayudar a esa persona que sufren y no encontrar como apoyarlo nos hace sentimos impotentes porque no sabemos cómo hacerlo de la mejor manera.
El duelo es la reacción natural ante la pérdida de un ser querido, fracasos escolares, situaciones de abandono como: divorcio, separación, rechazo de los padres; problemas familiares y económicos, cambios de domicilio, pérdida de empleo, diagnóstico de una enfermedad grave o la muerte de una mascota. Todos estos elementos son parte de un duelo.
Muchas personas se sorprenden ante la profundidad de los sentimientos que experimenta otro ser humano por la muerte de una mascota. Una mascota es más que una compañía, es un miembro valioso de la familia. El afecto incondicional, hace que se gane un espacio en nuestros corazones. Su compañía permite expresar emociones y aliviar el estrés.
En ese difícil momento, se necesita la ayuda y el apoyo de amigos, familiares. Sin embargo, muy a menudo esto no se consigue tan fácilmente como pareciera, ya que muchas personas no lo entienden por ser un animal y mucho menos tienen la sensibilidad para sentir cuánto puede significar esa muerte y duelo psicológico para la otra persona.
Los animalitos simbolizan diferentes cosas: El niño que todavía no hemos concebido, o quizás el que todos llevamos dentro; puede reflejar al compañero o al padre ideal, siempre fiel, paciente, que nos da la bienvenida al llegar a casa y nos ama incondicionalmente. Es como un amigo y un hermano al mismo tiempo.
Lo cierto es que el proceso de duelo por la muerte de una mascota, no es diferente al que se realiza por el fallecimiento de un ser humano y en esencia lo recomendable es rodearse de un buen círculo afectivo, pues, como sabemos, una pena compartida y expresada es media pena. Hablar del tema alivia el corazón para de esta forma permitir integrar la muerte a la vida.
Cada persona experimentará el duelo de forma diferente. Algunos lo vivirán de una forma muy privada y lenta, mientras que otros se recuperan rápida y abiertamente. Estas reacciones son normales y naturales; sólo permitiéndose a sí mismo el sentir dolor, se podrá aceptar la pérdida donde, con tiempo, la tristeza desaparecerá gradualmente, para comenzar a adaptarse a la vida sin su mascota, y de esta forma aceptar su muerte con los sentimientos de tristeza, rabia y dolor.
Decirle adiós a una mascota no es olvidarla, es dejarla vivir en nuestro corazón, sin sentir dolor al pensar en ella.
Decirle adiós a una mascota no es olvidarla, es dejarla vivir en nuestro corazón, sin sentir dolor al pensar en ella.
Eso es verdad y estoy de acuerdo con eso, sobretodo con decirle adios para dejarla vivir en nuestro corazon sin sentir dolor al pensar en ella porque siempre nos brindo momentos felices y de compañia, siempre recuerdos mis dos perritos que ya no estan a mi lado como parte de mis afectos de infancia y juventud, saludos, lo felicito por sus publicaciones, trato de estar pendiente para leerlas todas, se le aprecia mucho desde la distancia.
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