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viernes, 3 de mayo de 2013




El efecto Karmico del bumerán



En muchos pasajes de  la Biblia y  las sagradas escrituras  se encuentran temas que abordan la ayuda al prójimo. A diferencia de los recursos materiales, que son finitos, el placer de ayudar a los demás sin recibir ni esperar una recompensa es algo inagotable.  


Los ángeles no sólo se encuentran solamente en el  cielo, ni tampoco se ven solamente  en las pinturas renacentistas, existen personas que se encuentran pululando por la ciudad, en cualquier país o  parte del mundo que día a día ven seres humanos necesitados de un consejo, de un plato de comida, de una medicina, y les brindan su apoyo. Lamentablemente la ayuda al prójimo disminuye a medida que aumenta la distancia genética entre las personas, Richard Dawkins lo resume: "Los individuos son altruistas y los genes, egoístas”.


El cerebro humano es especialmente interesante.  Ayudar a los demás estimula zonas de nuestro cerebro asociadas al placer, las mismas que reaccionan ante estímulos gratificantes como las relaciones sexuales o cuando después de estar hambrientos, se come. Siempre hay la oportunidad de ayudar a los demás y tener un momento de felicidad. ¡Inténtalo y disfruta sus efectos!.


Aristóteles, en su Ética a Nicómaco dice que los hombres solo son buenos de una manera, pero malos de muchas, en tal sentido existen personas que tienen un concepto bastante pobre y mercantilista de la amistad y la ayuda mutua que expresan: “es mejor deber dinero que un favor”, sin entender que un favor jamás se podrá pagar, solo se agradece, porque el agradecimiento es la memoria del corazón. En ese sentido se debe desechar la falsa creencia que “se debe un favor”. 


El ser humano tiene un deseo de autosuficiencia constante, le resulta incómodo e incluso una experiencia muy dolorosa pedir ayuda pues, al hacerlo, cree que manifiesta una debilidad ante los demás, en este sentido la humildad como virtud permite pedir ayuda a los demás, e invita a salir de ti mismo para afrontar la vida con esperanza.


Ayudar desinteresadamente a otros reporta enriquecimiento personal y te hace sentir útil al desarrollar el efecto Karmico del bumerán, teoría que afirma que se cosecha lo que se siembra  y si la ayuda es espiritual, vas a percibir como has disipado el tormento de la otra persona y tu consejo se hará visible para ti mismo.


La ayuda al prójimo debería ser una tarea de todos los días, es cuestión de sentimiento y consciencia, sólo debes atreverte y darte la oportunidad.