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domingo, 27 de marzo de 2011



Sentimientos reprimidos: ¡Transfórmalos en palabras!





Reprimido es el término psicológico de incapacidad para lograr "Ser Feliz" y "Vivir libremente". Es un mecanismo de defensa que consiste en rechazar ciertos pensamientos, deseos o afectos (emociones, sentimientos) que considera inconfesables e inaceptables que resulta doloroso  para el sujeto.

La represión es un mecanismo inconsciente. La represión de cualquier experiencia siempre lleva asociada una creencia negativa, que bloquea. Por ejemplo muchos padres dicen a menudo a sus hijos "Los hombres no lloran" cuando esa expresión del dolor es natural para ellos. De esta forma se realiza una programación del pensamiento encaminada a reprimir las emociones y sentimientos. Los hijos buscan la aprobación de sus padres actuando de la forma que ellos esperan, reprimiendo lo que verdaderamente sienten.

 Muchas personas reprimen y desconocen sus emociones porque sienten, por diferentes condicionamientos sociales o culturales, una culpabilidad falsa que lo único que provoca es la imposibilidad de conocerse a sí mismo.

El individuo reprimido se enfrenta a conflictos emocionales y amenazas de origen interno o externo expulsando de su conciencia o no dándose por enterado cognoscitivamente de los deseos, pensamientos o experiencias que le causan malestar. Muchas veces el reprimido da justificaciones de una conducta o pensamiento que no son las válidas sólo da respuestas "buenas" o "socialmente validas" de un comportamiento.

Otra consecuencia de no asumir los propios sentimientos es la proyección. Esta situación se da cuando el reprimido ubica mentalmente sus sentimientos en otra persona, que en realidad es él quien siente. Por ejemplo, una mujer que está molesta con su marido pero no se permite a si misma admitirlo, se aferrará a la idea de que es él quien está enojado con ella. La proyección es un mecanismo habitual de los reprimidos y genera buena parte de malentendidos.

La represión de los sentimientos puede convertir a una persona tranquila en agresiva, intranquila, nerviosa e insatisfecha provocando situaciones de ansiedad que pueden somatizarse por: ¡La implosión!.

El reprimido se reconoce por que al principio puede parecer inocente, pero no lo son; la intolerancia bajo un cierto sarcasmo o el señalamiento exagerado de un defecto a otro, un chiste excesivamente agresivo o la impaciencia sin motivo. 

El origen del reprimido esta en su baja estima de sí mismo lo cual impide expresarse, ya que desde la infancia  tuvo miedo al abandono, lo que prohíbe expresar emociones, por el temor de perder el afecto y el reconocimiento de los padres, maestros y amigos, creyendo que quedándose tranquilo, sin expresar las emociones de rabieta o llanto creyendo que de esa forma tenia el reconocimiento de los demás. Sólo el amor y la aceptación, sin culpa, del temor a nuestros más profundos, arcaicos y prohibidos deseos, pueden remediar poco a poco tanto dolor y desamor.

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