Publicaciones de Jorge Ojeda Rodriguez

 "Los peligros de la doble moral"

En el campo de la Ética y de la Moral,  la doble moral es actuar de espaldas a los  valores de la verdad y de la transparencia. Todos los seres humanos tenemos la libertad de adherimos a una determinada visión del Mundo, de lo" Bueno" y de lo" Malo" que es como guía interior, que se llama habitualmente conciencia, y al que resulta imposible evadir a la hora de juzgarnos a nosotros mismos.

En el ámbito de la Psicología, cuando se reflexiona sobre el tema, nos referimos a la “doble moral” cuando las personas no tienen coherencia entre lo que piensan o sienten, lo que hacen.

Aunque la doble moral, por lo general, es una práctica que se condena, pero es común su empleo ya que es un método de defensa propia, para que los demás no conozcan tu interior y no te vean como eres, Por ejemplo, Un ejemplo tradicional en muchas sociedades es el caso del adulterio cuando este es aceptado para un esposo y negado a una esposa que desee tener un amante. Del mismo modo, un hombre que tiene relaciones sexuales con muchas mujeres puede ser llamado "galán" o "don Juan", mientras que una mujer que tiene sexo con muchos hombres puede ser llamada"prostituta", "perra", etc.


Otro ejemplo muy común de doble moral lo constituye el hecho de que a los niños les es prohibido utilizar lenguaje soez (groserías), en tanto que a los adultos sí les es permitido. La doble moral consiste en decir una cosa y hacer otra totalmente opuesta. En palabras más sencillas es negar con los hechos lo que se expresa con la palabra. Lo anterior significa combatir, criticar los comportamientos y conductas inadecuadas, pero mantener siempre un respeto por la persona. 

Para educar a alguien de manera que se comporte ética y psicológicamente congruente (correspondencia entre su pensar, sentir y actuar) es necesario, que la persona esté sometida a la influencia de modelos familiares y sociales que resulten coherentes (la fuerza del ejemplo) y, cambiar la aplicación de la regla de aceptación condicional, por otra incondicional mediante la cual se exprese el respeto al ser humano, a sus posibilidades de elegir y equivocarse, de manera tal que este no tenga que desdoblarse para ser aceptado.