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sábado, 27 de agosto de 2011


Un monstruo llamado: Egoísmo 





Así como existen los fenómenos magnéticos de dos polos en un imán, uno positivo y otro negativo, los seres humanos también establecen esa dicotomía. La palabra egoísmo procede de los vocablos griegos ego (yo) e ismo (doctrina). Donde no existe nada más fuerte ni más débil en el ser humano que su egoísmo, su malicia y su narcisismo. 

El egoísmo es lo contrario del verdadero amor. El egoísmo es una imperfección del corazón y de la inteligencia. La persona egoísta se preocupa solamente por sus asuntos está centrada en sí misma y vive en un mundo de manipulación y mentiras. 

El egoísta no es amigo de nadie, porque para ser amigo de alguien primero se debe ser buen amigo de sí mismo. El buen amigo tiene rectitud en los sentimientos y nobleza en el corazón. El egoísta es un vampiro emocional que tiene como estrategia propiciar la confianza para así manipular personas, relación de pareja, amistades, compañeros de trabajo, padres, hermanos y situaciones a su propio interés y conveniencia. 

El egoísta, basa sus relaciones en intereses ocultos como: dinero, fama, ambición, prestigio, estética y sexo. El egoísta emplea la palabra amistad a menudo con mucha ligereza para referirse incorrectamente, a todo tipo de relación humana, incluyendo las más superficiales como el «amigo de tragos»; que sólo se juntan para gozar y divertirse, y las más dañinas que nos inducen al vicio, la vagancia, y anti valores, siendo la recompensa del egoísta la soledad. 

El ser humano al nacer y aún antes de nacer, viene con dos clases de necesidades: alimento y amor. En este sentido las personas egoístas por tener vacíos afectivos realizan comportamientos que producen en terceras personas un sentimiento de desprecio. 

¿Se imagina ud. que un ser egoísta pueda sentir desprecio por sí mismo? 

Es una tarea difícil separar el egoísmo de la valoración personal para alguien que no se estime, por que el egoísmo está estrechamente relacionado con el grado de desconsideración hacia los demás en función a sus objetivos personales pero si la persona egoísta aprende auto observarse y auto conocerse puede darse cuenta que no es consciente de todo aquello que hace y dice ya que su comportamiento es el producto de conductas y actitudes que fueron determinantes en su vida infantil.



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