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viernes, 11 de diciembre de 2015






El locus de control
 


Existen  tres creencias que movilizan las energías del ser humano. La primera es relativa a la capacidad para enfrentarse con los problemas, la segunda creencia consiste en la posibilidad de cambiar la propia inteligencia y la tercera creencia que el individuo  es quien controla su conducta. Las tres son una beneficiosa fuente de motivación pero siempre dentro de unos límites saludables.

Locus tiene su raíz en el latín y significa: “Lugar”. Locus de control (LC) es un término que se usa en psicología para referirse e a la percepción que tiene una persona acerca de dónde se localiza el agente causal de los acontecimientos de su vida cotidiana, mientras que el “control” en la conducta humana juega un papel muy importante en la generación y mantenimiento de los problemas psicológico.

Son muchas las personas que se sienten apresadas con su vida, algunas experimentan situaciones vitales verdaderamente complicadas que tienen difícil solución, pero hay muchas otras que se sienten atrapadas cuando en verdad no lo están, en este sentido es importante diferenciar aquellas situaciones en las que no podemos hacer nada de aquellas en las que no queremos hacer nada

En mayor o menor medida las personas han tenido en un momento determinado las siguientes sensaciones: No tener trabajo o tener un trabajo que no le gusta, estar con una persona que no le ve futuro o no le llena, sentir que la rutina del día a día las va apagando, vivir en una ciudad que no le gusta, pero ante estas sensaciones, tienes la decisión de: esforzarse para lograr un cambio o dejarse llevar por la corriente. En ese continuo, la percepción es una de las causas para justificar que siempre habrá elementos tanto internos como externos en los acontecimientos.

El Locus de Control Externo sería la percepción de que la suerte o las fuerzas externas que están más allá del  control personal determinan el destino de un individuo. Estos sujetos tienen la tendencia a considerar que el mundo es injusto con ellos, cuando la fortuna no está de su lado y cuando sí lo hace, tienden a idolatrar a las personas que consideran responsables. Por ejemplo, una persona envidiosa  o resentida puede conducir a una culpabilización e irresponsabilidad generalizada. El locus de control externo genera en los individuos un sentimiento victimista y lo disocia del control de sus emociones.

El Locus de Control Interno por otro lado, es sencillamente la percepción de que uno mismo controla su destino. Las personas con un Locus de Control Interno se desempeñan mejor académicamente, son más independientes, más saludables y se sienten menos deprimidos que las personas con un Locus de Control Externo. Por ejemplo, un estudiante que obtenga buenas calificaciones en un examen atribuirá el resultado a su esfuerzo y a las horas de estudio,  al esfuerzo y su habilidad personal y entiende que los eventos positivos o negativos ocurren como efecto de sus propias acciones y que están bajo su control personal. En tal sentido fomentar el control interno,  ánima al esfuerzo, a las conductas proactivas, y a un progreso educativo.

Aprender a ejercer el control emocional tiene la enorme ventaja ya que las personas pueden objetivar cualquier acontecimiento y distanciarse lo suficiente, como para no sucumbir ante las emociones primarias. 

La vida está llena de situaciones inciertas y si se quiere avanzar y lograr éxitos, se deben asumir riesgos lo cual implica aceptar la posibilidad de que podemos equivocarnos. 
 
Recuerda que tú tienes el control de tu vida en tus manos!!

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