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viernes, 8 de abril de 2011


Los defectos ajenos




Cada hombre y mujer, según una leyenda antigua, nace en el mundo con dos bolsos suspendidos de su cuello, uno al frente y otro en la espalda. Todo el bolso que lleva al frente está lleno de las faltas y defectos de sus vecinos, y el bolso grande que lleva detrás en la espalda lo lleva lleno de sus propias faltas y defectos. De ahí es que todos somos rápidos para ver las faltas de otros, pero somos a menudo ciegos para ver nuestros propios defectos.

Antes de ver y juzgar los defectos ajenos, primero veamos y juzguemos nuestros propios defectos.


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