El compromiso de la:
El ser humano es complejo, contradictorio y
ambivalente. Al hablar de "infidelidad",
son muchas las sensaciones y conceptos
que aparecen en el inconsciente colectivo, es un terremoto emocional, acompañado de mucho sufrimiento, desconfianza y
dudas, sin embargo estas son algunas palabras empleadas por las personas
afectadas: traición, mentira, engaño, abandono y deslealtad.
Fiel es la persona cuyas acciones no traicionan la
confianza puesta en ella. También se puede decir que la fidelidad es la
capacidad de no engañar, no traicionar a los demás. Es un valor moral que
faculta al ser humano para cumplir con los pactos y compromisos adquiridos. La
lealtad se relaciona con el honor y la confianza, virtudes que son tan
difíciles de ganar como fáciles de perder, en tal sentido el valor de la
lealtad se aplica muy directamente con amigos, amistades, familiares y
compañeros de trabajo y la fidelidad se aplica a las relaciones de pareja,
novios y esposos.
Las relaciones de pareja requieren siempre de algún
tipo de contrato, donde se definan asuntos en relación al dinero, la familia,
los amigos, la comunicación y el uso del tiempo. Existe la infidelidad cuando
uno de los miembros (o ambos) rompe el compromiso o promesa sentimental
contraído de amar sólo y exclusivamente a determinada persona, es incumplida o
traicionada en la búsqueda de satisfacción a nivel
sexual, emocional, intelectual, o económica que van desde un suave coqueteo, vincularse afectivamente, hasta mantener
relaciones íntimas con otro, lo cual es considerado traición a la pareja, y
el mismo trae pérdida de confianza y
autoestima, humillación, decepción, impotencia, rencor y una sensación de
profundo dolor y fracaso.
Una pareja
es cosa de dos y al alguien descubrir una infidelidad, lo cual es imposible de
ignorar por el grave malestar sicológico que representa a la persona sentirse
íntimamente destrozada con pensamientos intrusivos imaginándose a su
pareja con la otra o el otro y llegando a su mente muchas interrogantes como:
¿Por qué me dejé engañar?, ¿Dónde estaba mientras sucedía todo esto?,
¿Por qué a mí? ¿Por qué no me di cuenta antes? ¿Por qué no supe elegir a la
persona adecuada?.
En algunos círculos sociales, la sabiduría popular
sobre la infidelidad es: “Negar, negar, negar”, "Ojos que no ven, corazón
que no siente”, pero la traición de la infidelidad no es tanto lo ilícito del
sexo, como es la mentira. Una señal habitualmente en los infieles es que suelen
negar su infidelidad hasta el punto de crear tanta desorientación al engañado
que éste pone en duda su salud mental antes que dudar del infiel. El hecho
mismo de negar y mentir es el aspecto más imperdonable de la infidelidad,
ya que la persona considera que jugaron con su inteligencia. Los rostros de los
infieles y de los engañados llevan una marca de amargura muy difícil de borrar.
Si la persona creció en un vacío emocional, como
adulto las palabras, compromiso, intimidad, responsabilidad, lo llevaran a
pasar de cama en cama con la esperanza de encontrar una manera de
relacionarse de forma duradera para disminuir ese vacío, y será tapado con
adicciones y convertirse en un compulsivo sexual que solo se alimentara
de la novedad y de contactos efímeros y en serie. Continuar en una relación con
una persona promiscua que no desea rectificar su comportamiento nunca
finalizara bien, por el daño emocional la inseguridad y la posible afectación a
la salud física.
Se debe tener un código de valores y vivir conforme
a él, para ser respetados, ganarse la confianza de los demás, mantener la
propia autoestima, y sentirse orgulloso, para de esta forma vivir tranquilo,
aprender a quererse y de esa manera te permitirás ser feliz.
Recuerda que el otro nunca podrá hacer nada por ti, porque todo depende de ti
mismo.
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